¿Riquezas u oropel?
- Anto-azul
- 29 oct
- 1 Min. de lectura

"Cada tic-tac es un segundo de la vida que pasa, huye y no se repite."
F. Khalo
Hoy pienso en la poesía, la terapia, el agua. Pienso en la pausa y en la familia. Sobretodo pienso en la salud -esa riqueza silenciosa- que no cabe en una cuenta bancaria y que siempre celebramos hasta que duele. Porque sin salud, los otros tesoros pierden brillo, se vuelven promesas vacías, espejismos de productividad o belleza.
¿Por qué sacrificamos salud por alcanzar lo que ni siquiera nos abraza? ¿Por qué confundimos el éxito con agotamiento, la belleza con delgadez, la fuerza con no detenerse?
Se le atribuye a Buda aquel dicho que el rencor es como beber veneno y esperar que otro muera. El cuerpo escucha todo lo que callamos, la rabia contenida, la prisa infinita y el miedo silente, y todo ello se convierte en dolencias, en nudos o en migrañas.
Frida -artista mexicana- lo sabía. Pintó desde su dolor y su cama, transformó su cuerpo quebrado en color, pero también en espejo de una lucha interna: querer vivir intensamente aun cuando dolía respirar.
Quizás el arte, la disciplina y el pensamiento son medicinas. Quizás sanar también sea crear, también sea detenerse. Al final del día, qué vale más: ¿Un cuerpo admirado o un cuerpo habitado? ¿Una belleza que pesa o una salud que libera?
Tal vez la verdadera riqueza sea poder dormir sin dolor, despertar con energía, reír con el pecho abierto y tener algo de tiempo para mirar el cielo y acariciar un gatito. ***
Pd: A ti que lees cada semana: ¡Gracias por llegar hasta aquí y acompañar cada entrega!